| Retinopatía
del prematuro: ¿Anestesia o sedoanalgesia?
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María Elena
Everhard
Anestesiologa Pediatría |
La percepción dolorosa está presente
desde las primeras semanas de edad gestacional. Hay evidencias que
demuestran que los centros de percepción central del dolor
vía cortical se encuentran completamente conectadas al tálamo
a las 24 semanas de edad gestacional. Además, los neonatos
desarrollan largos períodos de hiperalgesia post injuria.
Este mecanismo de sensibilización central e hiperalgesia
está particularmente acentuado en los recién nacidos
de pretérmino.
El anestesiólogo que participa en el tratamiento de la retinopatía
del prematuro debe ser capaz de proporcionar las condiciones adecuadas
para este, es decir, una vía aérea segura que no obstruya
el campo de trabajo del oftalmólogo, logrando una adecuada
analgesia e inmovilidad del prematuro tanto para el láser
como para la vitrectomía y todo ello teniendo como objetivo
no aumentar la morbimortalidad del recién nacido, osea, no
debe prolongar la ventilación mecánica ni su estadía
en las unidades de recién nacidos.
El tratamiento láser, principalmente con láser diodo
que es la elección para estos casos, es altamente doloroso
y requiere de una analgesia adecuada. En estos casos no se recomienda
la sedoanalgesia sin una vía aérea asegurada.
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María Elena
Everhard
Anestesiologa Pediatría |
La respuesta ventilatoria y la vida media de los
analgésicos opiodes es extremadamente variable en los recién
nacidos y tiene muchas probabilidades de prolongar por varios días
la necesidad de ventilación mecánica en estos pacientes,
lo que aumenta la morbimortalidad propia de este grupo. La sedoanalgesia
sería de utilidad cuando el recién nacido se encuentra
conectado a ventilación mecánica pues en esta situación
se pueden utilizar potentes drogas analgésicas y sedantes
que permitan una adecuada inmovilización y analgesia.
En aquellos niños que no se encuentran conectados a ventilador
y en quienes queremos minimizar el riesgo de dependencia al ventilador
en el post-operatorio, preferimos realizar el tratamiento láser
en pabellón y con anestesia general, salvo que esto sea contraindicado
por el neonatólogo quien tiene la última palabra en
este tema. La anestesia general nos proporciona una vía aérea
segura mediante un tubo orotraqueal, nos permite el uso de anestésicos
inhalatorios que tienen un mínimo metabolismo y por lo tanto
un escaso efecto depresor cardiorespiratorio residual como el sevofluorano,
nos entrega además una inmovilidad adecuada lo que nos permite
reducir el tiempo quirúrgico.
Nuestro grupo clásicamente ha realizado los tratamientos
láser bajo anestesia general proporcionada por un anestesiólogo
especialista en prematuros. Durante un período, motivados
por la seguridad que pareciera ofrecer al prematuro realizar los
tratamientos en la unidad de neonatología empezamos a realizar
los tratamientos con sedación, pero nuestra experiencia no
fue satisfactoria y decidimos volver a nuestro régimen anterior
(49). Si la condición del recién nacido (RN) así
lo exige y el neonatólogo lo solicita realizamos en tratamiento
en la unidad de neonatología con el RN conectado a ventilador
y la asistencia de un anestesiólogo especialista en prematuros.
En relación a las vitrectomías estas
son siempre realizadas en pabellón y con anestesia general,
en este tipo de intervención la inmovilidad del paciente
es el punto crítico por tratarse de un procedimiento de microcirugía.
  
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